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Una visión general de la intolerancia a la histamina y las nuevas oportunidades de innovación

29 Mayo 2022
Healthcare

Con motivo del Día mundial de la salud digestiva, estamos explorando la creciente importancia de un trastorno de la salud relativamente desconocido: la intolerancia a la histamina. Se calcula que afecta entre el 1 y el 3 % de población mundial[i], y por ello queremos destacar cinco factores clave que es necesario conocer sobre la intolerancia a histamina, incluida la razón por la que se está convirtiendo rápidamente en un nuevo foco de innovación en el ámbito de la salud digestiva. Siga leyendo para saber más sobre esta necesidad común, pero no satisfecha, de los consumidores.

 

1. ¿Qué es la intolerancia a la histamina?

La histamina es una molécula que produce el cuerpo de forma natural y que está presente en una amplia gama de alimentos y bebidas. La intolerancia a la histamina es un trastorno de la salud digestiva asociado a una alteración del metabolismo de la histamina en la dieta, por lo que esta histamina no se degrada adecuadamente en el intestino. Bajo condiciones normales, la histamina de la dieta se degrada en el intestino por la acción de la diamino oxidasa (DAO), que inactiva la histamina al eliminar su grupo amino[i]2,3[ii]. La degradación insuficiente se debe normalmente a que no hay suficiente enzima DAO o a una baja actividad de la misma. Cuando los niveles de DAO son bajos o su actividad insuficiente, se produce un desequilibrio entre la ingesta de histamina y la capacidad del cuerpo para degradarla, creando un exceso de histamina que provoca síntomas parecidos a los de la alergia.

Se cree que la genética, ciertas enfermedades y algunos medicamentos pueden aumentar el riesgo de intolerancia a la histamina al alterar la funcionalidad de la DAO[iii],[iv],[v],[vi], inhibiendo la actividad de la DAO[vii],[viii] o disminuyendo la producción de DAO[ix],[x].

 

2. ¿Cuáles son los síntomas de la intolerancia a la histamina?

Los síntomas más comunes de la intolerancia a la histamina son entre otros: problemas gastrointestinales, estornudos, goteo o congestión nasal, dolor de cabeza, dolor abdominal, urticaria, picor, sofoco y asma,[i],[ii],[iii],[iv],[v] que pueden afectar de manera significativa a la calidad de vida de las personas.

 

3. ¿Qué provocan estos síntomas?

Nuestra dieta tiene un papel clave en el desarrollo de los síntomas de la intolerancia a la histamina, ya que esta está presente en muchos alimentos y bebidas. Se cree que algunos alimentos (conocidos como liberadores de histamina) favorecen la liberación de histamina, otros simplemente la contienen y algunos pueden incluso afectar a la actividad de la DAO. Cualquiera de ellos puede provocar una reacción adversa y algunos alimentos o bebidas pueden incluso tener más de un efecto. Las carnes curadas, el queso curado y las bebidas alcohólicas fermentadas, como el vino, son «ricos en histamina», lo que significa que contienen elevados niveles de esta molécula16,[i],[ii]. Asimismo, el alcohol del vino también puede afectar a la actividad de la DAO y aumentar aún más los niveles de histamina1. Algunos de los liberadores comunes de histamina son los tomates, las fresas, la piña, los cítricos, los crustáceos y el chocolate.[iii] Estos alimentos actúan como estímulo de la liberación de histamina desde los mastocitos (que pertenecen al sistema inmunitario), aumentando los niveles de histamina y provocando síntomas parecidos a los de la alergia. 

 

4. ¿Cuál es la prevalencia de esta enfermedad?

Se calcula que la intolerancia a la histamina afecta hasta un 3 % de la población mundial1, con una incidencia mayor entre las mujeres (80 %) de aproximadamente 40 años[i]. Sin embargo, a medida que la comunidad médica y los consumidores vayan siendo más conscientes de los problemas de la salud digestiva, incluida la intolerancia a la histamina, a través de mejores herramientas de diagnóstico y un mayor acceso a los datos, se espera que aumente el número de personas diagnosticadas.

 

5. ¿Cómo pueden los fabricantes ayudar a los consumidores con intolerancia a la histamina?

No existe una cura para la intolerancia a la histamina, con lo que muchas personas recurren a las dietas bajas en histamina o a los antihistáminicos para poder controlar los síntomas de este trastorno. Lo primero puede resultar restrictivo para los consumidores y difícil de seguir a largo plazo, mientras que los antihistamínicos pueden provocar efectos secundarios como somnolencia, sequedad de boca y ojos, mareo y dolores de cabeza.

La innovación en la enzima DAO presenta nuevas oportunidades de desarrollar soluciones nutricionales cuyo objetivo sea la intolerancia a la histamina. El suplemento de DAO puede contribuir a aumentar los niveles de esta enzima en el intestino y permitir así un mayor control de la digestión de la histamina. Tomado antes de las comidas, ayuda a descomponer la histamina de los alimentos y las bebidas, a disminuir los niveles de histamina y a reducir los síntomas de la intolerancia a la histamina. Esto permite a las personas con este trastorno comer y disfrutar de los alimentos que les gustan al tiempo que se reducen los síntomas parecidos a los de una alergia asociados a esta enfermedad.

¿Quiere saber más sobre las oportunidades de innovación que ofrece el mercado de la salud digestiva? Descargue nuestro último informe para tener una visión general de los suplementos para la salud digestiva, el mercado emergente de la intolerancia a los alimentos y mucho más en este link

 

Estas afirmaciones no han sido evaluadas por las autoridades alimentarias competentes. Con este producto no se pretende diagnosticar, tratar, curar ni prevenir ninguna enfermedad. Esta información es solo para uso entre empresas y no está destinada a los consumidores finales.


[i] Jarisch. Aktuelle Dermatologie, 2014;40:275-282.


[i] Halasz et al. Trends Food Sci Technol., 1994;5:42-49.

[ii] Izquierdo-Pulido et al. Lebensm Unters Forsch., 1996;203:507-511.

[iii] Sanchez-Perez et al. Nutrients, 2021;13:1395.


[i] Jarisch & Wantke. Int Arch Allergy Immunol., 1996;110:7–12.

[ii] Curtis et al. Cardiovasc Res., 1993;27:703-719.

[iii] Endou & Levi. Eur J Clin Invest., 1995;25:5-11.

[iv] Lessof et al. Clin Exp Allergy, 1990;30:264-266.

[v] Pollock et al. Agents Actions, 1991;32:359-365.


[i] Silla. Intl J Food Microbiol., 1996;29:213-231.

[ii] Bieganski. Acta Physiol Pol., 1983;34:139-154.

[iii] Enko et al. Can J Gastroenterol Hepatol., 2015;30: 1582-1590.

[iv] Pinzer et al. Allergy, 2018;73:949-957.

[v] Enko et al. Clin Biochem., 2017;50:50-53.

[vi] Schnedl et al. Crit Rev Food Sci Nutr., 2021;61:2960-2967.

[vii] Maintz & Novak. Am J Clin Nutr., 2007;85:1185-1196.

[viii] Sattler et al. Agents Actions, 1988;23:361-365.

[ix] Schmidt et al. Agents Actions, 1990;30:267-270.

[x] Raithel et al. Intl Arch Allergy Immunol., 1995;108:127-133.